Consideramos que existen tres aspectos clave para entender en qué condiciones se cumple por completo que estamos frente a la enseñanza de la “verdadera informática”.
Obviamente no estamos hablando de la utilización transversal de las TIC en las distintas asignaturas o áreas curriculares, llamada «alfabetización digital», «las TIC en la educación» y/o «educación digital» según las épocas.
Comencemos entonces por la definición más importante, que dice que “La Informática es la disciplina o campo de estudio que abarca el conjunto de conocimientos, métodos y técnicas referentes al tratamiento automático de la información, junto con sus teorías y aplicaciones prácticas, con el fin de almacenar, procesar y transmitir datos e información en formato digital utilizando sistemas computacionales. Los datos son la materia prima para que, mediante su proceso, se obtenga como resultado información. Para ello, la informática crea y/o emplea sistemas de procesamiento de datos, que incluyen medios físicos (hardware) en interacción con medios lógicos (software) y las personas que los programan y/o los usan (humanware).” (¿De qué hablamos cuando hablamos de Informática? (ADICRA). Recuperado en Noviembre 10, 2018, desde http://adicra.org.ar/informatica).
Una vez definido el campo, continuamos con el ámbito educativo.
Entendemos que la Informática tiene su propia didáctica, como cualquier otra disciplina. Por lo tanto, para que este principio se haga efectivo en las distintas metodologías de enseñanza de la materia en las escuelas, no debemos perder de vista que somos los docentes de informática los que hemos sido específicamente formados. De ello se deriva que somos los más capacitados para poner en práctica las estrategias pedagógicas adecuadas para lograr los aprendizajes propios de la disciplina en los alumnos. Esto es investigando cuáles son las formas más efectivas y creativas para lograrlo, o modificando las prácticas existentes para seguir intentándolo.
Pasemos a definir ahora las “3 claves para la informática como materia”:
Diseño curricular (Qué):
En el diseño curricular se plasma el proyecto educativo. Esto es fundamental para garantizar la calidad de la formación impartida detallando los objetivos pedagógicos, los contenidos y las estrategias de enseñanza, para lograr que los alumnos desarrollen competencias y comprendan conceptos relevantes vinculados con la informática, para lograr la autonomía que brinda el conocimiento.
Es un intento de garantizar que quien ejerce la cátedra siga ciertos lineamientos y no dependa de paradigmas pasajeros, modas educativas, solicitudes de la conducción escolar o investigaciones solamente ligadas a intereses o apreciaciones particulares del docente.
El diseño curricular es el que prescribe los contenidos del campo de la Informática, articulados de manera escalonada a lo largo de toda la escolaridad. Al igual que en el resto de las asignaturas, el diseño curricular se presenta como la columna vertebral del proceso de enseñanza- aprendizaje de los contenidos informáticos.
Espacio curricular propio (Dónde):
El espacio curricular propio dentro de la carga horaria de las escuelas, es el que permite aplicar el diseño curricular prescripto para la jurisdicción. Esto se verá plasmado en los programas de estudio de la materia, con la respectiva planificación áulica del docente para la enseñanza de forma sistemática y graduada.
Es imprescindible para poder enseñar los contenidos de la disciplina que no van a ser aprendidos por los alumnos en otras materias, precisamente porque son específicos, no transversales.
Incumbencia de títulos (Quién):
Para que los profesionales más preparados, los docentes de informática, sean los que estén a cargo de la asignatura. Aunque en un principio haya un período de transición, donde se podría habilitar a los estudiantes del Profesorado de Informática con un 70% de materias aprobadas para que los alumnos no estén sin docente. O como excepción, se tomaría un examen de idoneidad si no se llegasen a cubrir las vacantes.
CABA, 10 de noviembre de 2018.
Gustavo Cucuzza, M. Gabriela Cristiani y Silvina Tantone