Muchas veces en los museos encontramos objetos que testimonian hechos importantes. A veces se trata de obras que merecen ser destacadas; en otras ocasiones son las herramientas que se utilizaron o simplemente elementos cotidianos asociados a alguna importante personalidad. Pero pocas veces se no permite reunir a esos objetos e instrumentos y a las personas que los utilizaron para construir la historia. Uno de estos singulares reencuentros tuvo lugar el sábado pasado en el Museo de Informática.
Con motivo de la exhibición de la réplica creada por el Museo de Clementina, la primera computadora electrónica científica de la Argentina, se organizó en conjunto un encuentro con algunos pioneros y protagonistas de la incipiente computación de la época.
Testimonios
Para la jornada contamos con los valiosos testimonios de María Victoria Ghisalberti, Zunilda Cinelli y Alberto Rocca quienes nos compartieron sus experiencias operando y programando aquellos viejos sistemas computacionales y los desafíos que cotidianamente enfrentaban. Los detalles acerca del trabajo artesanal, minucioso y paciente que debían desarrollar para lograr sus proyectos nos provocaron muchas veces sonrisas y asombro al compararlos con el cuadro vertiginoso y evolucionado que presenta el rubro informático en el día de hoy.
Contamos además con la presencia de Pablo Jacovkis, autor del libro «De Clementina al siglo XXI«. Su relato nos permitió reconstruir la historia de la emblemática computadora recogidos durante su trabajo de investigación y de los esfuerzos de aquellos pioneros, encabezados por Manuel Sadosky, que impulsaron el desarrollo de las Ciencias de la Computación en la Argentina.
Clementina: La réplica
El trabajo realizado por el Museo de Informática para lograr la réplica de la antigua Clementina es excelente y cumple cabalmente con el objetivo educativo del proyecto: permitir a los visitantes del museo ver y experimentar la presencia física y activa de la primera computadora electrónica científica de la Argentina, dada la imposibilidad de su reconstrucción.
Emplazada en el segundo piso del Museo, al pararnos frente a esta Clementina nos encontramos con un par de escritorios metálicos sobre los que se encuentran los periféricos de entrada y salida. Sobre el primero vemos un panel de control, formado por un sencillo tablero de robustos interruptores de palanca que permitía el arranque y manipulación directa de los registros del procesador. Completan los periféricos un lector de cinta perforada para la carga de datos, un equipo de telex electromecánico como dispositivo de salida y un frecuencímetro digital con el característico display numérico a válvulas de la época. Detrás de las mesas se alinean los imponentes módulos en donde se realizaban el procesamiento de la información (originalmente eran dieciocho por razones de espacio sólo se exhiben diez). En la parte trasera de uno de ellos, abierto para el fin, es posible observar los circuitos electrónicos implementados con regletas y cableado, junto con las válvulas y los núcleos de ferrita que marcaron la impronta tecnológica de las computadoras de aquella primera generación.
El trabajo de reproducción de Clementina equipo estuvo a cargo de un equipo del Museo coordinado por su presidente, Carlos Chiodini, quien nos fue ilustrando acerca del proceso de construcción. Durante el encuentro tuvimos el agrado de conversar además con el Ingeniero Javier Albinarrate, el principal responsable técnico del proyecto, quien nos dio algunos detalles al respecto.
Dado que lamentablemente la computadora original fue desmantelada y desguazada por completo no se conservan piezas originales que, al menos, permitan ser utilizadas como referencia. Sólo existen algunas pocas imágenes de Clementina que escasamente permiten apreciar sus detalles técnicos. Pese a estas enormes dificultades, todas las partes de esta réplica han sido reconstruidas con la mayor fidelidad posible. Para eso se contactó a las pocas entidades internacionales que son poseedores de antiguos equipos Ferranti o información al respecto y se les solicitó colaboración para el proyecto. Luego de una largo trabajo de investigación, comunicación y recopilación, que incluyó numerosas fotografías de cada componente con sus referencias milimétricas, se fueron reproduciendo cada una de las piezas de Clementina. Para ello se emplearon las más diversas tecnologías, como por ejemplo, la impresión 3D.
La réplica no es sólo una maqueta estática: se ha logrado simular la actividad de los periféricos mediante un sistema basado en actuales microcontroladores. Pero pese a lo impactante que es poder ver al equipo en una simulación de su funcionamiento, para el espíritu perfeccionista de Javier Albinarrate aún falta mucho para lograr una experiencia fiel y completa. Los obstáculos que quedan por superar aún son muchos. No sólo todo el hardware de aquel momento se perdió: tampoco ha quedado un sólo programa de los utilizados en aquella época que pueda ser rescatado de la basura y el olvido para poder llegar a lograr una emulación del verdadero funcionamiento de aquella histórica computadora. Por otro lado, el desarrollo del proyecto de la construcción de la réplica de Clementina, así como muchas de las otras actividades del Museo, no siempre cuentan con el esperado apoyo de las autoridades gubernamentales y privadas que permitan llevar adelante estas valiosas iniciativas.
Fue un agradable y enriquecedor encuentro. Los testimonios nos recordaron los orígenes de las ciencias de la computación en la Argentina y el mundo. Para nuestra satisfacción, confirmamos que los objetivos del Museo de Informática coinciden plenamente con los de la ADICRA: hacer visible el desarrollo de la tecnología y el conocimiento científico que muchas veces pasa inadvertido en medio del masivo y cotidiano uso de las computadoras. Los que formamos parte de ambas organizaciones creemos que esto no es posible sin poner en primer plano a la educación y el conocimiento, siendo esto fundamental para que todos hagamos un uso inteligente y crítico de las nuevas tecnologías. Desde el Museo, esto se realiza manteniendo viva y presente la historia. Desde la ADICRA, luchando para que en todas las escuelas argentinas la Informática tenga su espacio curricular. Juntos, iremos por más.
Ver más en:
ADICRA – ¿Conocen a Clementina?
https://adicra.org.ar/conoces-a-clementina/